vereluna

Que la virgen concediĆ³


 

Cuando los dos nos miramos, se nos ilumina el día,

por eso nuestras miradas, se desbordan de alegría.

 

Así cuando nos besamos, sentimos tanta dulzura

que nos embriaga, tan suave, como la miel dulce y pura.

 

Y en cada abrazo logramos, que nuestros cuerpos se fundan

en una pieza gigante, en que a los dos nos confundan.

 

Nos confundan con la pieza, que representa el amor,

que posee su valía y posee su esplendor.

 

El esplendor que nos llega, a nuestro querido nido,    

pues de una preciosa estrella, los rayitos han salido.

 

Han salido a iluminar, este amor que disfrutamos

con ternura y con pasión, cada vez que nos amamos.

 

Porque cuando cerca estamos, nuestros cuerpos confundimos

en esa entrega amorosa, que juntitos compartimos.

 

Por eso al encontrarnos, frente a frente, así nació

este amor, tan espontáneo, que la virgen concedió


Vero