Alberto Moll

Cuando acaba el amor

 

Se esfumaron los tiempos, las horas, los segundos...

Recios vientos de olvido arrasaron instantes

de temblor amoroso, de pálpitos amantes.

El hoy impone ahora sus axiomas rotundos.

 

Fue bello aquel pasado. Fue bello y fue profundo.

Fueron años de soles, de lunas y amapolas.

Fueron días radiantes de luz sobre las olas

que acariciaban tibias el que fue nuestro mundo.

 

¡Con cuánto ardor se unieron dos astros errabundos,

peregrinos perdidos buscando sus destinos!

¡Y en qué plácidos prados de amores sin espinos

indolentes yacimos entre arroyos fecundos!

 

Mas, tirano implacable, Cronos inverecundo

día a día, hora a hora, las luces fue eclipsando,

los veneros secando, las flores agostando,...

sin piedad, sin clemencia,... con un desdén inmundo.

 

Y ahora... ¿qué nos queda? Gelidez de un submundo

de páramos opacos, silencios desolados,

áridas lejanías de besos olvidados...

Tú te hundes en tu abismo... En el mío yo me hundo...