Veronica Arteaga

MIA

 

MIA.

 

 

Me gusta lo sencillo de la piel,

La honda pobreza del hueso desnudo,

La leve transparencia de los muslos,

Las manos en reposo,

El corazón en vilo.

La piel,  así, desnuda, en rebeldía

Sin conmemoraciones ni adjetivos

Limitando sus nítidas  fronteras.

Hombros, nariz y manos me proclaman

Y cumplen  ellas idéntico destino

Que el entramado encaje de las venas.

Libertad de la sangre.

Texturas  de la vida,  así, cumpliéndose,

Con su misterio de rutas hormonales

Dictando sus designios.

Me gusta andar vestida con la piel.

Piel que perdura más que los recuerdos.

Que mi carne y mis huesos se recubran

Con ese manto limpio que me acoge

Y que me alivia de los inciertos duelos

Y las  incertidumbres .

Me desnudo y me visto de epidermis.

Míos son los dedos, los tendones, los músculos.

Mía es mi piel.

Mía.  Lo es y lo  fue desde el principio.

 Mía.  Lo fue  y lo será y nunca tuya

Para cubrirme  entera como jamás lo hiciste

Ni  hacerla propia como lo es tan mía.

Cada centímetro es un mapa  libre

Con señorío de todas sus  instancias.

Mía en las horas dulces de la infancia,

En los albores de la adolescencia,

En los fugaces fuegos en que estalla

La vida y se hace gloria y maravilla

 En la albura silente de las sábanas.

Nunca sabrás a qué sabe mi piel

Ni en qué mítico fruto esconde su fragancia.

No habrás más que soñarme

De pies a la cabeza sin lograr un acuerdo.

Sabiéndome tan cerca, sentir que me has perdido

Cual si nunca completa tú me hubieras gozado.

No registro tu huella y no te reconozco.

No podrás despertar de mi carne el deseo

Ni lograr que mis dedos temblando te acaricien

Con un anhelo físico visceral y concreto.

Seré siempre la imagen

Que se esconde  alusiva detrás de los espejos.

Y mirarás con ojos de codicia

Esta piel cancerbera de mi cuerpo

Que me guarda de ti.

y aparta tu recuerdo.

 

cristina cammarano.