Al abrir mis ojos
me encontré con tu sonrisa
los volví a cerrar
y me causo risa.
Pétalos de rosas
tu cabeza adornaban
y la barita mágica
a tus ordenes se entregaba.
Al tocar la cama
la convirtió en barco
y al tocar el piso
lo volvió mar.
Navegamos no muy lejos
entre los azulejos
donde todo era bello
y sin norte ni sur.
El viento en mi cabello
y mi bufanda al cuello
dibujaban en el aire
una manada de camellos.
Me miraste a los ojos
y un te amo salió
y en mi pecho muy fuerte
latió mi corazón.
Me sonreí nuevamente
y sonó el despertador,
excitada y mojada
me baje de mi cama.
Tan solo fue un sueño
de amores y de mar
y en aquellos azulejos
te vi naufragar…
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