Joan Diro

Te busco siempre



Y en los lugares menos pensados, 
creo verte y aun así no te encuentro.
Como hoy, en el colectivo de las siete y quince, 
en el que venias sin saberlo, 
en el cuerpo de esa anónima mujer
que me recordó intensamente a vos.

En sus ojos,
turquesa casi como los tuyos, 
en las manos que se te parecían, 
de dedos cortos, de campesina como siempre decías,
en el rostro muy similar, alunado, 
melancólico y casi triste,
exceptuemos el mentón que era distinto 
y la nariz también,
levemente y gracias a Dios.

Me preguntaba:
¿Como será su risa? 
¿Quien la ama o amará? ¿A quién ama? 
Y sentí algo de envidia,
y hasta algún dejo de celos de los que, 
sabés bien, nunca tuve,
aun sabiendo con claridad que ella era solo tu sosias.

Se acerco y olí esa fragancia a recién bañada
que me llegaba con urgencia, 
con la santidad de lo limpio, 
con la frescura que me remite a otras mañanas
donde tu perfume lo inundaba todo. 

La miraba y la miraba.......pero no eras vos (lamentablemente).