Eduardo Angeles De Rivero

Jardín de melodías

 

 Al despertar en las mañanas

me deleitaba el canturreo de los pájaros

que armonizaban con los primeros rayos de sol

que se filtraban por la ventana.

 

Verde césped y cuidadas flores

era el entorno de estas avecillas multicolores,

que con hermosos trinos

y zigzagueante vuelo,

parecían enviadas del cielo

a cantarle al alba sus mejores canciones.

 

Atardecer soleado,  fresco viento

que a las hojas cimbreaban haciendo que giman

por el roce entre ellas.

El sonido de las hojas acompasaba el cantico de las aves

que al jardín invadían de bellas melodías.

 

Languidecía el día, la oscuridad extendía su manto,

y después de un largo silencio,

nuevamente al alba los dulces trinos

de aquellas avecillas,

que con sus dulces notas,

me dieron tantas alegrías

que guardo muy dentro del alma.

 

Eduardo Angeles De Rivero. Todos los derechos reservados