carminha nieves

TRISTE SETIEMBRE

                        

 

Setiembre, vino caliente, Agosto un poco de todo tuvo. Lo ha sentido mi piel, pero mi corazón esta frio, casi helado. Vacío. Sin  reacción,  cuatro años han pasado, cada día,  descubiertas tristes, impensables, en realidad me resfrían el corazón.  Un catarro mental, una alergia sin fin,  oscurece mi cerebro con tanto mal  que me quieren.

Antes despertaba pensando en lo que tenía que resolver, hoy  solo esperar malas noticias. Como cambian las personas, como somos engañados durante casi una vida.

En el fresco de mi casa, oyendo el ruido, de los trabajadores que están arreglando la maternidad que está cerca, pienso en las Madres que con amor, agotadas del esfuerzo para dar a luz, llenas de esperanza, más tarde ya cuando, no sean necesarias estarán como yo.  Deseo que no, que tengan más suerte que puedan mientras vivan no ser tan despreciadas y castigadas por todo haber hecho por sus hijos.

Dicen que Dios tarda, pero no falta, estoy esperando, el momento de la cruda verdad sin contar los cojera.  Yo quiero ver, yo quiero sonreír, no con sarcasmo, pero con indulgencia. Sin perdón, eso no. Nunca lo haré. Seria no tener respecto por mí, la cuerda fue mui estirada, se romperá y caerán.

Ya me he dado cuenta que mucho de lo que se dice tiene excepciones, las cogí todas.

“Hijo eres Padre serás así como lo haces, así lo encontraras”

“Si no respectas tus Padres, no esperes ser respectado”

“La mentira tiene piernas cortas”

“Quien es desconfiado no es honrado”

“Da, para recibir más tarde”

No veo que  quien es así en verdad  sienta el mal carácter que lastima a quien es precisamente al revés.

Como un huevo cocido sin nada dentro, así estoy. Solo la cascara, hueca, lista a romperse de un momento al otro.

Bofetadas, sin sonido, patadas sin pies, cabezas llenas de lodo, es lo que tengo a diario.

Viví sin Familiares, en un País extranjero, termino mi vida sin nadie de mi sangre.

Batallo para no endurecer, para resguardar mis valores morales, para nunca tener que arrepentirme y no poder dormir, con remordimientos. Pero de vez en cuando una revuelta me invade y quería ser mala.

Me agarro a mi Fe, pido a Dios que me ampare y no me deje ser lo que son los otros.

Tengo el corazón tan helado que casi no puedo acariñar a quien debía. Sé que no se enfada me quiere e sabe cómo intento ultrapasar, todo lo que hacen por maldad y injustamente.

Hace un calor sofocante, mezclado con olor a montes quemados, mi piel lo siente. Pero tengo el corazón helado vacío, solo un amigo intenta calentarlo  pero por mucho esfuerzo que haga, nunca  podrá devolverle el sueño de una Madre.

Porto2 de setiembre de 2013

Carminha Nieves