Lejos, muy lejos en la soledad del pensamiento
no existes tu, pero muchas veces te me apareces,
y llegas a desordenar mis principios
y pones mi vida en un completo caos.
Me cuesta trabajo tomar el control,
porque tu sabes como desorientarme,
por momentos a veces no eres nada
y muchas veces lo eres todo.
Respiras y tu aire me ahoga,
acaricias mi espacio y no puedo
aunque lo intento, dar contigo,
susurras a mis oídos
y ya no te conozco.
En esta extraña experiencia
te haz convertido en un problema
que parece ser mi favorito,
no tengo solución ahora,
pero quizás,.....más tarde.