Nicolas Ferreira Lamaita

PECADO DE AMOR

Nos dijimos adiós, buenamente

sonriendo desde la tristeza,

fue el final de un pecado cometido,

a espaldas de Dios, sin darnos cuenta.

Un simple romance robado a la vida

Un “toco y sigo”, nomás, sin consecuencias.

 

Ya no había palabras, no cabían

no eran necesarias, la suerte estaba echada
solo nos mirábamos, sintiéndonos desolados,
con la voz quebrada, anudada la garganta

a punto de romper en llanto.

 

Nuestro adiós lastimaba, hería el alma

Se quedo nuestra queja, suspendida en el aire.

Apretando pañuelos enjugando lágrimas

corazones oprimidos presintiendo distancias.

 

Se nos seco el adiós en la garganta, sufriendo la partida

Clavado en los oídos mientras nos alejábamos

Solamente sonreíamos, una mueca de tristeza

¡Cuánto nos costo decirlo! Humorada que nos jugo el destino.

 

Sueños que se alejaban de nuestras fantasías

Esperanzas de perdidas ilusiones.

Solo el adiós entre los dos se interponía,

estrujar de pañuelos enjugando lágrimas.

 

Se quedo nuestro adiós suspendido en el aire.

Se murió el adiós en nuestros labios

llevándolo clavado en los oídos.

Como duele decirlo a quien se ama.

 

Fue el final de un pecado cometido

a espalda de Dios, sin darnos cuenta.

Un simple romance robado a la vida

Un “toco y sigo” nomás, sin consecuencias.

 

                             Nicolás Ferreira Lamaita.