Luis Hidalgo

Caricias desordenadas

“Era esa tranquilidad que sentía,

Cuando tenía tus caricias;

Tus brazos rodeándome,

Tus pechos junto a mi cuerpo,

El calor irradiado de tus piernas,

Esos besitos en mi cuello,

Junto a esas sonrisas,

Provocadas por la inquietud de tus dedos…

 

Como anhelo tu voz a mi oído;

Suspirada, lenta y casi sin sonido,

Anunciando caricias desordenadas,

Brindadas por tus manos,

Visitando lugares inesperados:

En mi pelo,

En mi pecho,

En mi abdomen,

Aventurándose sin regreso…

 

Como te pienso,

Tomándome de la mano,

Abrazándome fuerte,

Besándome la frente,

Presionando tu nariz a la mía,

Acariciándonos con mirada fija…”