deniz

Muchacha

Cuando  llegue  la hora, estaré, con los ojos abiertos.

Tu pie, desnudo  sobre  mi  pecho, buscando mi alma.

Yo, explorando  tu sexo.

Cuando llegue  la hora, lo  pasado: ¡Adiós!

No habrá  arrepentimientos,

el  futuro, vendrá  entre  tinieblas, o mejor, al  final de la luz.

Cuando  llegue  la hora, será  como  siempre,

lleno  de  esa música que me acompaña, incomprensiblemente,

como el  pulsar de  una guitarra, que  se apaga  lentamente

más  allá  del corazón.