Catalina

Un trago y un tango

Te siento como el whisky
cuando embriagas mis sentidos.
Disfrazado como respiro,
fragancia de locura.

Perdida estoy
en este río de letras,
que cae silencioso
en el mar de tus ojos.

Canto entre versos
un tango solitario,
por mi cabeza en tu cuello
y por tus labios en mi silencio.

Que fluya entre nosotros
como la música en el aire,
inspirado y flotando,
perdido este instante.

Cegada estoy
y agradecida por el hecho,
en la obscuridad es cuando veo
aquel pétalo perfecto.

No puedo detenerme
en este preciso instante,
pues vivo de las horas
que contigo no parten.

Regalame una pieza esta noche
en la frescura blanca eterna
y que el cielo que nos cobija
lo bendiga en su nombre.

Mirame a los ojos
sin decirme más nada,
que disfruto y descanso
en tu calida mirada.