juan maria

EL AMOR DEL BUCANERO

POEMA INFANTIL- OTRA VERSIÓN

 

 

Navegaba de perfil

y sin rumbo fijo

con agua calma

o con mar dificil

un bizarro pirata.

 

Por fuera asustaba

pero tenia el alma de plata

y su corazón todo lo daba.

Estaba enamorado de la Luna

y suspiraba

mirando su cara dorada.

 

El casco de su barco

estaba hecho de roble

con toneles

de vino noble

que conservando su regio aroma

perfumaban desde la popa hasta la proa.

 

Las velas de su bajel eran de papel

el era cocinero y era timonel

resolvía sobre los rumbos

miraba la brujula

y se enfrentaba a los vientos.

Con una escoba de peces

barria la cubierta cien veces

desde el alba

hasta el anochecer.

 

Le ocupaba tiempo

el cuidado del velamen

que con la lluvia se empapaba

y con el viento se rasgaba.

 

Tenia su barco dos cañones por banda

de porcelana de la China

que eran el ornato de babor

tanto como de estribor...

y que por fragiles y bellos

no disparaban pólvora los cañones aquellos

...sino por el contrario

los lustraba el pirata a diario

con seda estampada

como la que lucen

las bellas damas italianas.

 

LLevaba el aventurero una barba desgreñada

que era pelirroja y entrecana.

Un ojo era de esmertalda

y tenia un diente de rubí

y otro de diamante.

 

Portaba espada de juncos

con puño de cristal

y siempre supo enfrentar

hasta al mas fiero vendaval.

 

Donde le faltaba la mano

se veia un garfio dorado

bien lustrado

y la punta engarzada

con una perla que encantaba.

 

Calzaba bota en una pierna

con la suela agujereada

y la otra se apoyaba

en una pata de madera colorada.

 

Acariciaba su piel

el aura que empujaba a su bajel.

Y buscaba afanoso

mirando hacia la luna

un beso ardoroso.

 

Era apasionado este pirata

y habiéndolo llamado

una sirena con su canto claro

de ella quedo prendado

olvidando que estaba enamorado.

 

Pero la Luna celosa

conociendo historias de barcos

que se estrellaban en las rocas filosas

extendió sus brazos de nácar brillante

y rescatando al bucanero inconstante

de las perversas sirenas

devolvió al pirata a su nave.

 

Y queriendo complacer al navegante

le regalo velas de seda fina

para que cambiara las de papel...

y le dio alfombras de Persia

para que adornara su bajel.

 

A pesar de la atenta mirada lunar

una sirenita joven

que renegaba de la maldad de las demas sirenas

y que sonreia y se sonrojaba

se acerco al pirata

y acariciándole la barba hirsuta

le dio un beso de amor

dejándolo encantado para siempre

al intrépido aventurero del mar.

 

Desde entonces jamás se separaron

y vivieron muy juntos

esa aventura enamorada...

el pirata que tenia

una pata de madera colorada

y la sirenita que se ruborizaba.

 

Ambos emprendieron el viaje sin fin

a la mítica región de Trapalanada.

Y en esa eterna luna de miel

no comieron perdices

porque no encontraron

pero fueron muy felices.

 

Colorin...colorado...

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juan maría