Lissi

UN PISO CONVERTIDO EN PIZARRON (LOS RECUERDOS DE LUISA)

Luisa, en  su afán de aprender pasaba sus horas dibujando las letras del alfabeto en su improvisado pizarrón, el piso de barro de su “casita de antaño”.  Papá le contaba que en su época usaban un pizarrín para tomar notas y hacer ejercicios matemáticos, todo quedaba fijado en la memoria, pues debía borrarse cada vez que se iniciaba un nuevo tema. 

 

Como la casita se usaba casi sólo para ir a dormir, durante el día la tenía toda para ella  y el largo corredor constituía un inmenso lienzo donde practicaba sin cesar las figuras que tenían sonido.  Pronto, descubriría los secretos de los vocablos escondidos tras la gruesa tapa de un libro de cuentos, el nombre de la etiqueta del jabón o la procedencia de los sellos postales que decoraban la tapa interior del cofre de madera.

 

Al final del corredor un viejo escritorio abandonado, de patas muy largas, le motivaba  a aprender más.  Si lo conseguía, al crecer podría usarlo y desde allí dominar las palabras.    Las palabras siempre han sido su obsesión y se empeñaba cada vez en pronunciarlas correctamente, porque su próxima parada en la aventura del “saber” estaría en la escuela.  Pero las marcas verdosas dejadas por las hojas que constituyeron la tiza de sus incipientes trazos, quedaron atrapadas en el tiempo por el polvo de los años que cubrió el pizarrón en el piso.

 

Mirna Lissett, agosto 20 2013