gatoconbotas_58

Pescador de sirenas

La noche infinita
y el mar apenas en silencio,
una luz, un reflejo,
un haz sobre la ventana,
tintinea un farol
o una estrella,
o parpadean los ojos
apretando las lágrimas.
Piensa…piensa,
se abre una brecha
entre la ilusión y la calma.
La luna y su redonda figura
es un gran reloj
que habla de una pasión
donde los cuerpos se tardan.
Es la hora,
ha llegado el momento,
aroma a piel, deseos...
Él es un simple pescador,
ella una sirena de seudónimos y máscaras,
tras sus ojos una sola meseta:
una cárcel de redes y bocas rojas y frescas,
y las olas rompiendo sobre la arena blanca…
espuma y huellas,
el destino los condena
desde lo más profundo de sus almas,
lamentos: ¡como no supe!,
¿retenerla?,
¿amarla?,
o simplemente encontrarla,
Y como siempre
sus ojos aparecieron tiernos
azules como nubes
escapando desde sus tramas,
su voz inconfundible,
sus dos palabras
“te quiero”
es el canto de la mujer amada.
¡Echad las redes
debéis atraparla!
Una flor
y su imagen se esfuma
intangible sus pétalos en el agua.
Recorre el pescador una vez más
las redes de su corazón
con su fría mirada,
se le llenan las venas
se le hinchan los ojos
y las manos solamente la extrañan.
La noche sigue imperturbablemente infinita
y las estrellas inquietas,
otra triste canción
queda sonando hasta el alba.
“Para otro,
serán para otro”
los besos,
algunos brotes
arrancados de su última mascara.
El amor que no supo ser,
el amor que se marcha
y aquel le responde
con caricias,
aún
suaves en su verdadera cara…
Aparece y no
y duele
el no comparecer.
Pescador de sirenas,
poeta,
el amor en las letras
siempre te engaña.