ivan rueda

LA AMARGA GLORIA DEL DOLOR

 

Te pedí un cigarro

y lo que me diste

fue una sangre pasajera

junto a un billete al fondo de tus ojos.

Al retirarme tu luz

me quedé ciego,

perdido en la eternidad de un sueño.

Adicto a la memoria,

ahora sólo fumo hebras de tu recuerdo,

las cenizas que voy soltando

son escombros de tus besos,

herrumbre del cadáver de tu amor.

Soy como un ángel expulsado del Edén

atrapado en la cárcel del tiempo

o como un Dios que perdió su reino

y que lo único que le queda de su creación

es la amarga gloria del dolor.