David Enrique Gómez Cáceres

DESATANDO EL LAZO

 

 

Esas aves revoloteándote en la cabeza

cual gorriones trinándote dulces sinos

o carroñeros picoteándote el destino.

 

Ese nido que cálido abandonaste

y ahora es lecho de los mares congelados

iceberg negro desangrándose a tu paso.

 

Esa esencia que destilas de tus ojos

adentrando en tus sentires la congoja

cual mil zácuras que heladas se deshojan.

 

Ese instante que hoy aprieta hasta la muerte

y cual cáliz toda su amargura vierte

por el numen que sembraste envenenada.

 

De las míes en mi huerto han quedado

las raíces retoñando en sufrimiento

despuntando en mis pieles los momentos

que en mis manos y mi cuerpo cosechaste

 

no pretendo ser el asa que desprenda

los sentires dolorosos que no entiendes.

 

Mas el amor que muere es todo esto

que asfixia desmembrando extremidades

para no sentir mis manos en tu cuerpo

ni volver inútilmente  sobre mis pasos

 

¡Mejor sufre! que de los momentos dulces

ya no quedan ni los bríos ni las luces.

 

Porque el nido se ha quemado hasta las brasas

porque el tiempo ya cedió sus largos brazos

porque halando cada uno por su lado

hemos roto el embrujo, desatando el lazo.

 

Por: David Caceres

       Managua, Nicaragua