Pedro Perez Vargas

La espera de un anciano

¿Dónde se fue tu fuerza? me pregunto... ¿Por qué no hay firmeza en tus manos?
Tu piel ya no es lozana y tu caminar es cansado. ¿por qué todos se han marchado? ¿Se habrán ido juntos?
 
Has aprendido bastante... Es basta tu experiencia; y hoy, espera con paciencia lo que no esperaste antes.
 
Sabes que tienes por delante una puerta de partida; y habrás de dejar ésta vida, la que atesoraste antes.
 
Has conocido el olvido, la soledad te acompaña y piensas que es por tus mañas que no ves a un ser querido.
 
Así vives afligido, de vez en cuando una lágrima, de las que han inundado las páginas de lo tanto que has vivido.
 
La nieve en tu pelo y tu mirada serena, saben ocultar tu pena, saben ocultar tu miedo...
 
En tus tardes grises, bajo la sombra de un árbol, pareces recordar el amor de quien fuera tu amada. Son tus pensamientos tristes, se ven en tu mirada; y pareces preguntarle  ¿por qué fue que te fuiste?
 
Así espera la noche al final del día, para poder ver la estrella que te recuerda a tu amada, esperando que tu morada al final de tus días, sea en esa misma estrella, junto a tu dulce amada.