Qué polvareda, se levanta cada día, parece entrar por cualquier agujero y quedarse, siempre me siento algo sucia, por eso me baño varias veces al día.Por el calor, el viento con polvo, que vuela. Me voy a deshojar como una margarita.Cuando venía entre las montañas, había luna llena, fue bello ver el sinuoso y escarpado paisaje iluminado solo por ella. Estaba tranquila, no como una loba al acecho, no tenía un lobito al lado con quien jugar, también es cierto. El señor de al lado, del autobus, no dirigía más los ojos hacia adelante, o hacia su teléfono, con el que jugaba solo.¡Qué bien!-me dije, muy divertido, no tengo con quien hablar- Miro por la ventana y sigo soñando, en nuestro encuentro, amor. Se que estarás en la estación, no con un ramo de rosas, porque ya no se usa y quedarías ridículo, pero como me gustaría que así fuera, quizás te mande un mensajito, para que me des ese detalle, que vale poca cosa, pero haría sentir tan bien...Mis preferidas son las rosas amarillas, pero si las coges, de un jardín, también serán bienvenidas. Un beso, una flor y todo, los dos a amarnos, como el último encuentro, hace tiempo. No sabes, lo que te extrañé, creí morir varias noches, pensando en tí y luego el cansancio me vencía, había trabajado mucho y me dormía pero siempre, con una sonrisa y la almohada tenía tu forma, llegué hasta oler tu aroma. Ay amor, como se siente, de rico cuando estás a mi lado me siento arder, como el fuego dentro tuyo y luego el mar sereno, son tus brazos, que me acogen y me mecen como la primera vez que te conocí y me llevaste al columpio y con la excusa de que se me cayó la zapatilla, la calzaste y me robaste un beso.