Incog-nito

No más

No te entiendo, me eres tu desconocida

¿No eres tu quien decía que me quería?

¿Tú que pierdes con que sangre más mi herida?

Si esta historia es tanto tuya como mía.

 

¿Tú que pierdes con que cuente nuestra historia?

¿Tienes miedo de que pierdas la fachada?

¿De qué admitas que tú a mí ya me conoces?

¿De sentir un minuto tu alma helada?

 

Te equivocas, por lo visto en mi venida

yo no vine a apartarte de su lado

no podría quitarte nunca la alegría

pues es obvio que aquel te es muy amado.

 

Tú ya no eres por quien antes suspiraba,

has cambiado, en verdad no te conozco,

se ha esfumado aquello que me cautivaba,

aunque tus ojos sean los mismos, reconozco.

 

Y aqui estamos, en un duelo de palabras

tu reprochas, y yo trato de decirte

que confundes mi venida hasta este sitio

Seré claro, he venido a despedirme

 

No más vueltas a tu vida o tu camino

No más viajes a las calles del pasado

No más dedicarte versos ni suspiros

No más verte con ojos de enamorado.

 

Ve tranquila, y deseo que vivas mucho,

Ya prometo no volver por esta acera,

Gracias doy por compartir ratos precisos,

que la suerte te bendiga en gran manera.

 

Y por cierto, he de hacer lo que me toca

y hoy al viento he de gritar esta poesía.

Pues lo pasado no es arena, ni se borra,

Es tu historia, y también hoy es la mía.

 

Me despido, hasta siempre y hasta nunca

Vuelve en paz, te doy gracias por tu tiempo

te prometo ya olvidarte aunque es difícil

¡Lo que es más! Ya no es lo mismo lo que siento.

 

Cae el telón. Prorrumpen algunos aplausos.

Los espectadores se levantan y se van.

Las máscaras se retiran.

Los rostros se adivinan en profunda confusión.

Y después de la pantomima, las cosas olvidadas

vuelven a ser solo sueños del desván.

La función ha terminado. El teatro por fin cerró.