Cinco minutos me bastaron, no necesité más,
trescientos segundos eran más que suficientes
te lleva a mi presencia el sendero por donde vas
y te ves reflejada en mi alma... y en mis lentes.
Reflejada en tantos sueños que contigo tengo
y que tú que dices no soñar, tienes también...
Del deseo de amarte y que me ames me sostengo
y de poder besarte una vez, dos veces... cien.
Cinco minutos me bastaron para transmitirte
cuantos sentimientos pones a existir en mí,
trescientos segundos justos para bendecirte
y que sepas que yo amo... y que te amo a ti.
A veces lo que no se dice en toda una vida,
se puede reducir y decirse en tan corto rato,
me desafiaste y considerabas mi causa perdida,
me diste esos cinco minutos y acepté el trato.
La eternidad después la tendré para repetir
lo que sólo en ese lapso de tiempo te expresé,
¿creíste que lo que debía ser dicho no iba a decir?
Que te amo es algo que sabes... es algo que sé.
Entonces ¿para qué necesitaba más tiempo yo?
Me dijiste desafiante “cinco minutos te doy”...
La verdad es que ese riesgo nunca me preocupó.
Cuánto daría por saber qué piensas de mí hoy.
Ya ves, desafío que no me costó mucho derrotarlo,
ser coherente con mis palabras me ha dado frutos.
Unos aman y necesitan una vida para mostrarlo
y a mi me bastaron tan sólo esos cinco minutos.
Poema original de Álvaro Márquez
Venezuela
Todos los derechos reservados
12/8/2013