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Empiezo a soñar
lo que tus labios me dibujan en mis pupilas,
esa extraña mirada que se resbala
entre la grieta del duro día.
El aroma tuyo que me dibuja tu silueta
en el litoral del cielo, tus besos furtivos,
tus ropas tiradas, arañadas, bañadas de gritos,
de la noche tuya y mía.
Todo lo que llena el silencio, en la umbrosa hojarasca
de mi alcoba; el espejo borroso de mis deseos.
Me das tanto, ansía mía, me fulminas,
me haces trizas, me dejas tirado en tus labios,
me hechas tu piel encima.
Y yo sigo aquí ,soñando el sueño de ningún día.