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HOLA Y ADIÓS, LUNA MÍA

Hey, te escribo a ti
si, a ti
a la musa sin rostro
en este último día de julio

 

Y después de esta larga primavera 
he decidido venir a visitarte
nuevamente en versos 
pero esta vez, sin secretos 

Muchas veces toque a tu puerta 
y me recibías con tu piel de luna clara 
logrando apaciguar el desdén de la madrugada 
y el frío que laceraba mi alma

 

Fui un solitario peregrino 
deambulando, sin rumbo fijo 
por desiertos interminables de desasosiego 
hasta que tropecé con tu sonrisa 

En ti conseguí lucidez y armonía 
charlas interminables 
donde fuimos protagonistas 
de historias que nunca vieron luz de día

 

Hoy no puedo negar 
que hiciste de mi insomnio escombros 
y el día en que no te encontraba 
mis sueños salían raudo en búsqueda de tu aroma 
y al no sentirte, terminaban trasnochados a la orilla del río

 

Mi intermitente luna 
coqueta y taciturna 
apasionada y voraz 
aquí me tienes escribiendo versos en el aire a ver si te alcanzan

 

Hoy en el aniversario de tu luna llena 
me presento y me despido 
y solo puedo decirte 
“Hola y adiós, luna mía.”