Siendo yo el cautivo de tus pasiones 
 y preso de tu profundo suspiro, 
 eres afrodita en imaginaciones 
 tu olorosa fragancia yo respiro.
 
 Sin ser sabio con pocas condiciones
 al descubrirte, sobre mí di viro,
 es cuando en premura sombra, te admiro,
 y extingue cordura, a vacilaciones.
 
 Besos nacen en mi boca y florecen 
 en tus labios, a amantes es delicia
 y corazones muestran sus latidos,
 
 juntos el amor desnudos ofrecen. 
 Una vez más ellos dieron primicia
 Y el deseo imperial han conocidos.
 
 El señor de los fierros
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