Francisco Caleros de la Roca

LA AUSENCIA DE MI PADRE

La inusitada ausencia de mi padre,

me dejó con los ojos clavados en el horizonte,

no por tristeza, sino con esperanzas,

de algún día, encontrarlo, en la lejanía,

dormido con las estrellas.

 

Y es que la ausencia de mi padre,

me apremió a llevarle flores a su tumba,

balbucear a su nicho palabras mudas,

de esas que no salen,

porque las aprieta el corazón.

 

La perenne ausencia de mi padre,

me enseñó a justipreciar la vida,

hacer un alto en el sendero,

y corregir el rumbo de mi existencia.

 

A veces en mi añoranza pienso:

¡ qué importa su ausencia !

si vivo de su vasto legado,

y en mi corazón,  anida por siempre.

 

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JAIME GARCÍA ALVAREZ