william andriotti zweig

oda a la mujer

Sol en un gris invierno, dulce melodia entre mis labios, a ti te escribo...luna, que abrigaste a este ser noches enteras, entre tus sabanas blancas y tu amor maternal, cálidos pétalos de una flor que vuelve a nacer, de las cenizas, como tu mirar, briza de otoño, suaves perlas que simbolizan la vida, la eternidad.

Pura y sencilla... ¿porque lloras?, si los astros fueron creados a tu semejanza? hermosa pluma, que cautivas libros con tu belleza, viva noche que viste de día, tus ojos me dan cautivas ordenes, que he de cumplir, tus labios, un nuevo mundo me ofrecen, y tus manos, la eternidad. Vida, es lo que tú eres, fieles son las horas que te acompañan al son de la música, rosa de suave aroma y de color carmín, espinas y hojas, sol y luna, paz y tormento... versos en un suspiro, firmamentos extasiados, ángeles celosos de ti, flor de primavera, diosa entre mortales.
Reluces en el asfalto, brillas en mis ojos y me embriagas de locura. Doncella de finas facciones, de corazón noble y certero, cálido lucero... sin ti los jardines del mundo no son más que bosques sin colores, vida entre la muerte. Anillo incoloro que en tus manos cultiva colores e iracunda vuelas como golondrina a tierras remotas, para un nuevo amanecer, y ahí, morir en cada sentimiento