Bernardo Bosquez Minjares

Francia

 

Las avecillas sobrevuelan las ruinas de una ciudad, que perdida en el olvido aguarda en soledad, silenciosa ciudad que alguna vez tuviste tanto público que en su interior se guardaron los ecos de la vida.

Hoy lloras con amargura por las calles, se ha derramado la sangre de tus hijos.

El arte en sus paredes se ve marchito por la sangre de los revolucionarios, que en vida dieron todo por la nación, por las calles se canta la ejecución de un grande, la nación no tiene patriarca mas no esta derrotada.

Uno de entre el pueblo se hará con el poder para aclamar lo de los demás para sí mismo. Prusia Austria e Italia temblaran de miedo al verle venir.

Temido y respetado se alzara con el poder para relevar al que por su locura perdió la cabeza en la plaza central.

Oh! Madre patria acoge a los que han caído peleando en tu nombre, y abrígalos en la bandera de la nación por la cual entregaron la vida, no dejéis abandonadas a sus familias y se benevolente con sus descendientes, porque en ti vieron la vida, y en ti vieron la muerte.

Por esto amada patria te pido des consuelo a sus viudas y en tu suelo lugar para sus cuerpos.

Porque dentro de ti has dado lugar a Poetas y soldados, porque en tu haber diste lugar al amor y a las armas, por esto os pido que cuando muera, me entierren en suelo francés, en tierra de poetas, en tierra de romanticismo

En tierra de valientes.