Coty

Cuando somos poesía

A veces somos poesía…

y nos encontramos en las horas lánguidas

al cerrar la noche y en los buenos días

y en el ajetreo de la rutina.

A veces solo nos hacemos compañía

al arrullo de las palabras

como si fueran dulces melodías.

A veces compartimos historias

escarbando entre memorias

las anécdotas cómicas y felices

y somos risas sonoras e incontenibles

entre rimas divertidas.

Otras veces afloran esos pensamientos tristes

esos que por alguna razón aún nos duelen

y nos obligan a examinar las cicatrices.

Y encontramos consuelo

en el abrazo invisible de la frase solidaria

o dejamos que el dolor mengüe

entre líneas tenues

respetando esa lágrima que intuimos que se escapa.

A veces oteamos el horizonte

y nos sumimos en la nebulosa

de sus trazos difusos e indefinidos

y solo nos atrevemos a lanzar hondos suspiros

y somos prosa y versos líricos

dignos de caballeros andantes

cabalgando en el tiempo corceles alucinantes.

Y entonces nos volvemos profundos y reflexivos

y desentrañamos los enigmas

del universo y sus designios

y concluimos en teorías

que develan los misterios de la vida

el amor, el cosmos y el destino

y seguimos hilvanando fantástica poesía.

A veces, asoma efervescente el deseo

y entre frases de doble sentido

afloran las pasiones en desenfreno

dejando escapar entre los dedos

desinhibidas e íntimas

metáforas lujuriosas

 impregnadas de lascivia.

y febriles y ardorosos somos erótica poesía.

A veces nos imaginamos en la cercanía

en la tibieza del contacto

y nos tomamos las manos

y un beso imaginario nos damos

y hasta creemos escuchar

del corazón nuestros latidos

acompasados al unísono

Y entonces… somos aún más

inefablemente más….

mucho, mucho más…. poesía.