Soy bestia enfurecida, animal con herida de muerte, en mis ojos se evidencia la zozobra, mis dientes demuestran mi estado acechante y el sobrecogimiento que me apodera, reposo entre los vestigios de mi carne veo mis órganos derramados en el suelo, y el deshacer de mis tuétanos me tiene inhabilitada, se escuchan los desgarradores aullidos del dolor, se ve la piel infectada, los gusanos brotar de la podredumbre que yace dentro, tendida sobre el suelo, veo como ante tan desconsolante cuadro la gente huye. La angustia no cesa, gimo de dolor, de desespero, de ansiedad lucho por mi vida con gran ímpetu. Frente a mi una niña de mirada ingenua y tranquila, me da agua.