benchy43

A VECES…

 


de vez en cuando

los poetas sufrimos

pequeñas muertes

 

A veces, en noches como ésta

en que los silencios se entretejen

con los claros de la luna

y  las aves solidarias forman

un nido común,

en pleno acuerdo,

para ampararse unas a otras

de la helada que baja desde el cielo,

a veces, quería decir, a veces,

se me da por pensar cuánto me queda,

cuánto más se extenderá el camino,

cuánto de lo mío seguirá siendo mío

y  pueda tocar cosas pequeñas

como mi mate, mi suéter,

mi mochila…

Cuánto tendré para ver una alborada

y sentir la tibieza de un otoño,

cuánto más para oler la primavera

o caminar por  las sombras

y aspirar las fragancias de un verano.

Cuánto más para escuchar

sus tiernos gritos

y recibir los besos de mis nietos,

cuanto más tendré para escribir

poemas deslucidos,

hasta dónde pueda llegar

por esta senda que hoy transito.

Sin embargo no hay temor

en lo que pienso

ni pienso con temor

en lo que pienso.

Un día llegará una cuesta

y no podré subirla,

entonces dejaré

que todo fluya

y  que Dios disponga

de mis horas.

He vivido, he amado

y  me han amado,

he sido a veces, reconozco,

huraño y solitario,

otras muchas –digo yo-

un poco bueno

y  predispuesto.

Nunca hubo maldad

en mis adentros

y  el odio es para mí

un desconocido.

Y he soñado,

vaya si he soñado,

me llevaron mis versos

a lo lejos, cruzando el mar,

el llano y la montaña.

Hallé un amor que no se olvida

y  palpita en mi costado

cada día.

A veces,  en noches como ésta

en que el frío se cuela

entre los huesos,

pienso, sólo pienso,

dónde estará

el final de mi poesía.

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

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