Naciste una mañana gris de primavera
fuiste una rosa en el jardín de los sueños,
allí, donde nace el sol, tus padres
hicieron realidad sus anhelos.-
Entonces nació la hermosa mujer
la mujer que dejó de ser niña,
convirtiéndose en gitana errante
pies descalzos,
aromáticas flores adornando la cabeza.
ensortijados y suaves cabellos sueltos
para que el viento
se entretuviera jugando en ellos.
Aprendiste a robar miradas con el cuerpo
y coleccionar una variedad de besos.
psicóloga del aliento de todos
y poeta del alma para otros muchos.
Desnudaste tu alma
también desnudaron tu cuerpo.
cuando se hizo presente el momento.
Sutilmente descubriste que sólo sentías frío
cuando el amor no se hallaba presente,
porque el sexo es solo eso.
Aprendiste
que cuando la respiración y los cuerpo se funden,
crece en el aire el éxtasis del gran sueño
y se hacen realidad las imágenes
del imaginario ausente.
Se cruzaron las miradas, renaciendo en ti
el símbolo de lo eterno: ¡el amor!
Ese amor fecundo
dio lugar al nacimiento de raíces del árbol,
árbol que no has dejado de regar
con elevado sentimiento de un amor perfecto.
Raíces que por nombre llevan
Melchor y Alejandro.
Los encantadores retoños
guardianes
en tu existencia.
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