No te culpo de olvidarte de tí mismo
No te culpo de las horas malgastadas
No te culpo de ausencias reiteradas
No te culpo de caer en el cinismo.
No te culpo de ensuciar las puras aguas
No te culpo de verte sin agallas
No te culpo de tus trampas de egoísmo.
y sin embargo, su tú decides
Podrás recuperar el sentido de tí mismo
y tus horas volverán, sin demora
y regresarás en presencia renovada
y será transparente tu mirada
en las aguas de la bendita gracia.
Creo en ti, ¡Creo!
Volverás al valor de mil batallas
en un acto de amor y heroísmo
No te culpo, tan sólo espero y creo
que tú haras justicia de ti mismo.
E.D.A