Reyni rogers

El pequeño sofá.

¿Oye, recuerdas el pequeño sofá del hotel en la playa?

Quizás no me sorprendió que me llevaras de la cama

Hasta ese minúsculo confidente

Hoy me hace sonreír, pero ese momento

¡Ay! Ese grandioso momento

 vaya que llegue hasta el cielo

sonrió,

 porque aún no sé cómo encontramos las formas perfectas para acoplarnos sobre él

y convertirlo en parte de nuestra anatomía

húmedos de sudor y besos

los brazos fueron primero cuatro, luego seis, después ocho

fue una locura llena de éxtasis y lujuria

devorándonos con ganas de acabarnos mutuamente

con furia y amor de amantes,

jalando tu hermoso cabello negro, largo.

Tú, marcando surcos en mi espalda con tus dedos

Como si evitáramos no ser separados por alguna fuerza extraña.

Vaya lugar para hacer el amor, tan intenso,

 tan fuera de este mundo,

mundo lleno de prejuicios e hipocresías.

Vez porque te digo que hoy sonrió.