Víctor Callirgos

La Copa del Primer Beso

 

Era la primera cita. – ¿Nos vemos

a las ocho en el parque? Alzaron

vuelo cual bandada de palomas

los ocho tañidos de campana;

hacía frío, la noche se cubría

de tenue luz por los faroles;

la sombra hurgó inquisitivo

buscando su silueta y ella

¡vaporosa, con paso ledo!

llegó y estampó radiante

la tersura de sus labios

y su inefable beso.

¡Su beso!

tierno,

suave.

¡Fue ese el sabor de las estrellas!

¡La vez primera que se iluminaron

como día majestuoso, las tinieblas!