Alejandrina

MIGAJAS


Me marcharé del sol 

en esta tarde,

abandonada

en la profunda noche

buscaré,

el sabio mensaje

del viejo Hermes.

Ya lo ves amor

que sola estoy

en la batalla,

que lejos ha quedado

la sinfonía de mi falda

al deslizarse

muslo abajo,

enmudecieron los tordos

alojados en mi pelo,

la fresa de los labios

se marchitó,

en la espera 

del verbo adecuado

que aligere la carga 

de mis desvelos.

No escuchaste ni

una sola palabra,

de la súplica

detrás de las palabras.  

Quiero,

de una vez por todas

charlas con los muertos,

olvidar este amasijo

de espinas 

en mis párpados,

cansada estoy

de recoger migajas,

del vino amargo sobrante

en tus jarrones. 

Esta pobre alma 

está envejeciendo prematura,

y mis ojos

que alimentan lluvias

van mojando

el barbecho abandonado,

dos solitarios somos amor 

sin querencia común,

pájaros huérfanos 

compartiendo sus alas.

¡ay, si yo pudiera

remontarme al principio 

de tu sangre, cielo mio!

y tantear la huella

que nos traiga de regreso

al ruedo y la esperanza

volcaría toda esta resina

sobre la combustión de tú pecho.


Alejandrina.