alicia perez hernandez

Cuántas despedidas y cuánto llanto

Cuántas despedidas y cuánto  llanto

 

-Y para no irnos-

Y para no decirnos adiós,

porque nos detiene el amor

los versos se llenan de besos

de abrazos y despedidas

de ausencias y canciones

pero nunca nos vamos.

Nos quedamos en un mar de llanto.

…EL que forman los recuerdos

el que nos dedicamos en versos

en adioses … que no llegan…

Partir será morir sin ti,

y para ti, será morir sin mis besos,

será dejar atrás, tantos, recuerdos.

De vernos y tocarnos con la palma de la mano

de soplar los besos de despedidas tristes,

de soledades preñadas,

de abrazos imaginados

de la mirada en los ojos,

de decir adiós sin fecha.

Cantar canciones desesperadas,

de llamadas perdidas en el tiempo

de relojes sin horarios,

de calendarios sin hojas,

de esperas que nunca llegan,

de llorar, despedidas incumplidas.

¿Cuántas veces el tiempo nos ha perdonado?

Que sigamos amándonos sin preguntar ¿porqué?

Volvemos a empezar, en cada llanto,

en cada lejanía que nos acerca,

es como si estuviera sentenciados el encuentro,

a seguir amándonos sin tiempo,

sin consultar los años, meses o días,

es mecer el calendario para nosotros dos,

 no preguntar, solo amarnos… ¡Amor mío!

siempre mío… ni la muerte logrará que te deje de amar

no hay madrugadas que mis latidos no te sientan.

¿Cuántas  despedidas y cuánto  llanto?

Este poema lo escribí antes de tu adiós eterno

 

Alicia Pérez Hernández

-No es la pluma la que escribe es el alma-

 

 

Calle nueva… el amor de ali y salva

 

Aires de España eclesial
la abanican.
Neones la iluminan.
Bellezas la pasean.
En derredor de un velador
el café humea -Alicia y Salva se acarician,
se miran, se aman: las manos se acarician-.
Bulliciosa, de día: se abre el comercio, se abre la vida...
El taconeo femenino de Alicia…
Un acordeón suena música vieja.
La noche se va echando encima...
Las farolas la iluminan
Un río de pensamientos
la moja.
Se descuelga el son de la campana:
es el reloj de la Plaza Vieja.
Un helado el interior enfría
-Alicia y Salva se besan:
testigo, la Heladería Eva…en Ubeda 
Destellos luminosos la llamean.
Se levantan, cogidos del brazo,
la calle siente
que el amor de México y España
recrean la espaciosa
Calle Nueva-
Por los cerros -cerros que nadie verá-
cabalgando la luna va.

 

‘como amo a mi mexicana Alicia’
-Ubeda13 octubre 2011 salvador-