Luisa Arias Soto

Carta de la Tierra al Ser Humano

Hoy te vengo a hablar a ti, al que parí de mis entrañas terrosas y compactas, te di tu alimento, te vestí, deje que labraras en mis tierras y te beneficiaras con tus demás hermanos animales, aplaque tu sed con mis venas caudalosas y te mostré mi mundo con orgullo.


Escucho el lamento de mi selva, que en el dolor se mece y lo verde que le daba vida está cubierto de desierto, cada árbol arrancado de mi vientre es menos vida para mí y más muerte para ti también, cada historia que se narró en ellos no volverá a ser contada jamás.


Escucha su llanto latente, siente la furia de la lluvia que rápido arrasa con todo lo material que ingenuamente construiste, no entiendes que primero fue mi hogar antes que el tuyo, que yo ya existía antes de que te regalara el soplo de vida, que en lugar de construir y llegar a la cima del poder, estas cavando tu propia tumba.


¿Qué son todos esos gigantes de acero y concreto que aniquilan mis bosques? ¿Y esos torrentes de aceite opacando mi océano? Y el cielo que alguna vez fue azul es ahora un triste cuadro en blanco y negro.


¿Que acaso no naciste con piel como tus demás hermanos? Dime con qué derecho se las robas y de paso les quitas la vida. Profanaste mis minerales, hurtaste mis joyas que manchaste con tu propia sangre, y aun así te deleitas en tomar el marfil que no te pertenece y exterminas toda una raza.


¿No conoces el temor de lo que está pasando? No entiendes que cada cosa que me hagas hijo mío, ser de eternos tormentos, va a ser desviado en tu contra. No ves la magnitud de tus hechos. Niegas las consecuencias de tus actos, cuando te está sofocando el calor de un planeta que esta con fiebre, eres la causa de su exterminio, de su enfermedad, duramente tengo que admitirlo y el castigo al que vas a enfrentarte si no concientizas será terrible, te terminaras destruyendo como día a día asesinas a cada hermano tuyo.


Cada inundación tendrá tu firma, cuando escuches el grito del volcán te acordaras de mí, en el terror de la tormenta escucharas mi nombre, los tsunamis te recordaran que por más cosas grandiosas que construyas simplemente no puedes detenerme, los tornados arrasarán con tu hogar como tú lo haces con el mío.


Esto no es una declaración de guerra en la que podríamos perder los dos, pero entiende, analiza, recapacita, no dejes que todo ese orgullo te venza, no dejes que muera lo humano que aún se anida en tu ser, todavía las cosas pueden cambiar, y el cambio está en ti.

Atte.: Planeta Tierra, Tu Madre