J.Marc.Sancho

Mi parcela

 

 

Recuerdo las tardes de soledad

bajo aquel cielo azul en la arboleda,

mi cuerpo era una barca de madera

que en aquella parcela navegaba.

 

Tendía la red a golpe de azada

desbrozando las aguas de la tierra,

pescaba los agostados rastrojos

que flotaban entre surcos de arena.

 

Sembraba las aguas de buena grama

abrazaba los pinos con las olas,

de blanca espuma el granado llenaba

y a la palmera hablaba entre mareas.

 

De caracolas fijaba el esparto

y el hinojo aderezaba de conchas,

la flor del sueño andaba entre sirenas

y el levante mecía la arboleda.

 

Y mi cuerpo que sentía las olas,

¡cómo embestían contra mis caderas!,

se refugió en un remanso de sombras

donde la quietud calma mi tristeza.

 

Mi pesca era el fruto de lo que queda

en el mar y en esta podrida tierra,

la broza, la escoria sin pan, sin tejas,

aquellos, que el buen señor les relega.

 

Y me lancé al campo con la semilla

con palabras y el verso entre las cejas,

y entre pinos, palmeras y granados,

sembré por mares y tierras mis quejas.

 

Me ciñeron la soga a la garganta

y el buen aroma a los de mucha pompa,

de selecta flor me llené de espinas 

y un aura me atrapó, con una rosa.

   

J. Marc. Sancho 29/05/2013