Tony Obando

Extraño el beso

Agrio licor de capricho y aflicción,

enloqueces y engulles

mi delicada razón

a la déspota desventura

de no acostumbrarme aún

a la imagen en ausencia

de su fémina dulzura.

Valdrá mujer recordarte siempre

y glorificar cada lágrima

de reveladora simpleza

de aquel sueño irracional

en el que tú fuiste

la paz de mi ansiedad

 o el caos insoportable de mi quietud.

O valdrá preguntarse entonces,

con el pasar del tiempo sin ti

¿Qué será del beso,

 del beso que se extraña?

de aquel confuso recuerdo

en el que solo se era

labios de luna llena

sedientos de mar.

¿Qué fue de ese sentir,

ilustrado con flores

gotas de lluvia y pan?

Y serán desde entonces

inhóspitas afrentas noches

como la que hoy me acompaña

 diciendo, “extraño el beso,

le extraño, le extraño,

acto adolescente

de inocente callar.