Celina Vautier

Siglo XXI

Alocadas carreras a la nada

persiguiendo inventadas utopías.

Gestos disimulando cobardías,

sueños producto de mentes afiebradas.

Conformismo, desidia, indiferencia,

todo es angustia, anhelo o impaciencia.

Y sin embargo todavía existe

el Arco Iris que atraviesa el cielo.

Aún el árbol con sus flores se reviste.

y arrulla todavía la paloma.

Todavía las nubes se desangran

cuando el sol hiere soberbio el occidente.

Todavía, bajo el cielo de verano,

el benteveo llama ardiente a su pareja.

Pían aún enloquecidos los gorriones,

emborrachan los tilos con su aroma.

La ciudad peina al viento su melena

de sauces, plátanos y paraísos,

y la adorna de blanco la magnolia,

las acacias la pintan de amarillo.

y el jacarandá baja del cielo

su  pincelada mágica y azul .

Junto a esa maravilla, el hombre, ciego,

pasa sin verla, no mira, no contempla.

Y ni siquiera advierte, con su oído,

que el corazón que late es un lamento.

que la vida se va triste y vacía,

que tan sólo está viendo el día a día

y a la belleza se la lleva el viento,

sin siquiera haberse detenido

 a verla, a gozarla, sin siquiera,

un momento en verdad, haber vivido.

Celina Vautier