yoel alejandro

Poema XIV


                   XIV

Lejos, tan lejos como el día de mi nacimiento está parada una mujer,
en sus ojos se dibuja la silueta de la ausencia,
canto terrible de las olas.

 

Su reloj,
marca el rumbo del invierno,
cuando en todo los rostros amenaza concierto de violines.

 

La consuelo con versos, vicio insospechado de poeta,
y me sirvo cual caviar a salvar su apetito de fuga.

 

Loca mujer, querube abatido por las balas del tiempo,
su paso por la vida:un terrible puente hacia el olvido,
su corazón:el canto interminable de una herida.

 

Camino hacia ella, franqueando la inevitable puerta q nos separa,
me habla si emitir sonidos,
y yo despierto del sueño en que la tuve.