Hugo Emilio Ocanto

Hoy no me mientas (Monólogo ) Parte 2 Final GRABADO

Salí y me fui a casa

muy disgustado interiormente.

Subo al coche. Manejaba muy despacio.

Tenía algo adormecidas las manos.

Me sentí un poco mareado.

No sabría precisar por qué motivo

tuve la idea de llamar.

Ahí me di cuenta que me había

olvidado el celular.

Ahora recuerdo, lo había dejado

en la mesa de la cocina

Creo que más tuve la intención

de llamar, para disculparme

por mi abrupta salida.

Pero mi disculpa no iba a ir dirigida

a mi novia, sino a la madre.

Bueno, después de todo,

pienso que no estuve incorrecto.

Mañana será otro día.

Detuve el coche. Me volvió

ese malestar en la cabeza.

Posiblemente me excedí en el vino.

Sí, eso habrá sido.

También un poco los nervios,

por la mentira de mi novia.

¿habrá sucedido lo que pienso?

La infidelidad... todos somos a veces

infieles. Después de ella, la pareja

no es ya la misma.

Recosté mi cabeza sobre el cabezal.

Hasta creo que me quedé casi dormido.

Me despabilo. Me dispongo a poner

el auto en marcha.

Se detiene de mi lado una mujer,

la cual me pregunta si tengo fuego,

le paso el encendedor del coche.

Al encender el cigarrillo,

al devolverme el encendedor,

me acaricia la mano,

y me pregunta si quisiera pasar un rato

con ella. Me quedé mirándola,

sin responderle. Mi subconsciente

me decía: \"Infidelidad\".

Abrí la puerta derecha,

y esta hermosa mujer subió,

como si lo hubiese hecho

todos los días. Bueno, pienso

que todos los días ha de subir,

en otros coches. Es su profesión.

Me dijo que disponía de treinta minutos.

\"¡Qué rápido vamos a tener que hacerlo!,

le respondí.

Ella me miró con un rostro tan angelical

y suplicante.

Arranqué el vehículo y me dirigí

a un lugar cercano,

en el cual sólo existían árboles.

Aprovechamos los treinta minutos

muy bien gozados. Entre el vinito

y la imprevista gimnasia,

quedé completamente extenuado.

Volvimos a nuestro lugar de partida.

Cobró sus honorarios, y se despidió.

Me dio una tarjeta con su número telefónico.

\"Me quedé con ganas\", le dije.

\"Llámame cuando te vuelvan las ganas\",

fue su respuesta, y se fue.

Llegué a casa, me di una ducha,

y me fui a dormir. Estaba cansado.

Al día siguiente, me desperté

alrededor de las diez de la mañana.

Por suerte, día sábado.

Si hubiese sido laborable, hoy

hubiese llegado tarde.

Me desperté bien, renovado.

Pero aún seguía intrigado.

¿Dónde estuvo mi novia?

Después pensé: ¿dónde estuve anoche,

y con quién estuve?

Me quedé con un cargo de conciencia,

pero consciente de lo que había hecho,

le fui infiel a mi novia, a propósito,

pensando que ella había hecho

lo mismo que yo.

Fui a su casa .

También como yo, se habían levantado

algo más tarde de lo acostumbrado.

Mi novia estaba en la puerta

recibiendo un pedido de supermercado.

La ayudé a bajar un par de bolsas.

Entramos. Dijo que \"su madre había ido a la

casa de su tía, hermana de su madre.

Fue a relevar a una tía de mi novia,

también hermana de su madre.

Ayer me tocó a mí, hoy que se ocupen ellas\".

Le pregunté a qué hora había ido

ella ayer.

\"A las cuatro de la tarde\", respondió.

\"¿ y hasta qué hora estuviste?\"

\"Hasta media hora antes de llegar a casa.

A mamá le dije que me iba a la modista,

porque terminantemente me decía que no quería

fuese yo a cuidar a su hermana,

que para hacer esa tarea estaban ellas, sus hermanas.

Había quedado yo con una de mis tías no viniese

tarde porque tenía una cita contigo,

pero resulta que a ella se le hizo tarde,

y no pudo llegar a horario.

Le mentí a mamá porque sino se hubiese enojado,

por eso te dijo que había ido a la modista,

es lo que yo le había dicho a ella.

Cuando vos te fuiste, ahí ella lo comprendió todo.

La mentira que le había dicho a ella,

y tu actitud al irte de casa

en la forma que te fuiste.

Le confesé la verdad,

y me dijo que era una buena hija,

y una buena sobrina,

por el gesto que tuve con su hermana enferma.

Anoche, a la media hora que fuiste,

llamé a tu casa, y ninguno de los dos teléfonos

me contestó.

Te dejé un breve mensaje en el celular,

explicándote lo ocurrido.

¿ no lo leíste?\"

Quedé atónito.

\"Sí, lo leí, pasa que cuando llegué a casa,

me di un baño, y como el teléfono estaba

en bajo volumen, por el ruido de la ducha

no lo he escuchado.

Y tu mensaje recién me di cuenta

esta mañana. Vine a pedirte disculpas

por mi precipitada actitud.

¿me disculpas?\"

No me contestó nada, me abrazó,

y me dio un apasionado beso en los labios.

Mi subconsciente volvió a recordarme:

\"Infiel, infie, infi, in...\"

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 19/06/2013)