luisa leston celorio

PORQUE ESTOY VIVA, SIENTO

Siento, y siento porque siento.

 

Siento que ya en la decadencia otoñal he entrado.

Siento mi cuerpo menos alborozado,

y que mis recuerdos se hacen menos amargos,

porque sólo con lo bueno me he quedado.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento que la belleza no es perpetua.

Siento cómo mi cuerpo se desnuda

de una piel repleta de tersura,

de ornamentos regalados por la juventud

que más pronto que tarde se disipa

dejando tras  de sí tremendas fisuras.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento cómo los colores refulgentes 

se trasforman en amarillos apagados,

en rojos sosegados,

en  verdes mortecinos

y en ocres que su belleza resaltan.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento, que a pesar de sus declives,

los percibo bellos y  serenos,

porque de la vida

mi corazón está enamorado.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento la frialdad del otoño,

la lluvia que me empapa,

el viento azotar las ramas,

y la tempestad que agita mi alma.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento que la luz se vuelve tenue,   

que los días se acortan,

que estoy indefensa

ante el tiempo que se me agota.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento cercano el invierno

que me encontrará desnuda

ante los duros elementos

que me azotarán de forma dura.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento que no podré cubrirme

con nuevas vestiduras,

pues la primavera está lejana

para volver a vestirme

con nuevas verdes  ramas.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento que tras los cristales me protejo

mientras contemplo la chimenea

donde las esbeltas llamas danzan,

y  me dejo acariciar

por el calor que de ellas se escapa.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento la dulzura de  esas llamas,

que como  siluetas femeninas,

la danza del velo bailan.

Siento cómo  se entretienen

con sus jugueteos

iluminando  mi silenciosa estancia.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento las caricias de mi madre,

los besos que mi amado me  regala,

la ternura de mi niña, sus risas y abrazos

llenos de bondad franca.

Siento los olores de mi infancia,

las aventuras de juventud vividas

y  las muchas soñadas.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento, a pesar de este difuso letargo.

Siento, a pesar de mi cuerpo magullado.

Siento, porque estoy viva.

Siento, porque mi fe no deja

que las emociones hagan de mí estillas.

 

Siento, y siento porque siento.

 

Siento la esperanza de volver a sentir

las mismas sensaciones en el  venidero otoño,

que tras desafiar las dificultades

como premio me llegará regalado

de la mano de la Santa Providencia

en la que siempre he confiado.

 

Por eso siento y siento.

Porque estoy viva, siento.

 

Autroa : Escapitina  

Registrado. Tomo BACAR DE SENTIMIENTOS

Luisa Lestón Celorio.

1-11- 2011