huertero

La llegada…

El rio apenas deja ver su transparencia.

Los arcos de guirnaldas plásticas se dejan ver

A la vista el asfalto se pierde

nacen las esmeraldas adoquinadas

 mi ser me escolta

El sol desconoce mi sombra es el mediodía

Exhausto  transporto el encantamiento

de las serpientes en mis dedos.

En mis pies traigo el sarro de las calles

En mis manos mi gloria

En la lengua este poema sabor a moras