Rodama

Reo de muerte

Por: Rodama

 

 

Dígame doctor, quiero saber.

Estoy desesperado… ¿Positivo?

El medico asintió con gesto afirmativo.

El joven subió hasta el juzgado

Y dijo así, muy triste y angustiado:

 

***

 

Señor juez, oiga usted.

Escuche bien mi confesión.

Nada voy a omitir

Pues merezco morir,

Como muerto esta ya mi corazón.

 

No hace falta un jurado,

No hace falta un fiscal.

Yo no necesito abogado.

Tan solo quiero declarar,

 

Que mi delito ha sido

Desear intensamente

El fruto prohibido

De su amor inocente.

 

Por pretender soñarla

En mis brazos dormida,

Por pretender amarla

Arruinando su vida,

 

Por haber conseguido

Llegar a enloquecerla,

Y por no haber podido

Con mi amor complacerla.

 

Por haberla engañado

Y no decirle nada;

Que la vida se acaba

Y la mía se ha acabado.

 

Señor juez ya usted ve

Lo grave de mis cargos.

En sus manos pondré

La copa de mi suerte.

Soy culpable, señor,

Soy culpable.

Soy reo de muerte.

 

 

Rodama 1990