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Una abuela como tantas (Obrita para teatro)

Una abuela como tantas”

Personajes:

            -Abuela: Luisa

            -Amiga: María (voz)

            -Nieta: Ana

            -Hija: Marta

            -Esposo de Marta: Juan

 

I Acto

Son las cinco de la tarde. La escena se desarrolla en la cocina de una casa de familia de cualquier ciudad uruguaya. Doña Luisa bate en un bols para hacer una torta, mientras toma mate.

(Suena el teléfono.)

-Luisa: Hola ¿Quién llama?

-María: Hola, soy María. Te llamo para que vengas a casa a tomar mate.

-Luisa: Muchas gracias, pero no puedo ir. Estoy haciendo una torta para esperar a mi gente que está por llegar.

-María: Bueno, te entiendo, pero mañana no me falles, voy a hacer tortas fritas.

-Luisa: Mañana te llamo. Besos.

-María: Hasta mañana, que descanses.

(Llega la nieta del gimnasio)

-Luisa: ¡Hola mi nena! ¿cómo has pasado hoy?

-Ana: Como siempre abuela, ¿qué querés que te cuente?

-Luisa: Yo que séee… lo que quieras… Hoy he estado todo el día sola, si no fuera porque escucho la radio… aquí arriba, estoy como en el fin del mundo.

-Ana: ¡Qué exagerada sos abu! ¿Por qué no salís a pasear?

-Luisa: Ganas no me faltan, pero… ¿a dónde podría ir?

-Ana: A caminar, a la casa de alguna amiga, o a hacer gimnasia, yo que séee.

-Luisa: Ja ja ja. ¡Ay nena!… ¿Cómo voy a ir a hacer gimnasia?

-Ana: ¡Qué rico olor!

-Luisa: Es la torta que está en el horno para que comas con la leche… No sé qué querrán comer esta noche…

-Ana: Abu….esta noche me quedo en lo de Antonella porque vamos al baile.

-Luisa: ¡Cuidate nena! ¡No tomen alcohol!

-Ana: (en tono confidencial) Abu…. ¿tendrías algunos pesitos para mí? A papá no le puedo pedir y mamá no ha cobrado.

-Luisa: Voy a ver si hay algo… no te olvides que ya te di el viernes pasado y faltan varios días para cobrar mi pensión.

-Ana: (Se acerca y la abraza) Abu, fijate, antes de que vengan así no se enteran que te pedí.

-Ana: (sonriente) ¡Yo te quiero abu!

-Luisa: Callate zalamera, ¿qué no te daría yo?... Pero… desearía verte con tus estudios terminados y con tanto baile y televisión no sé si lo veré.

-Ana: No te preocupes, vos preparame la leche, dame lo que te pedí y no pienses más.

-Luisa: Bueno, voy a ver… (sale al dormitorio)

(Ana pone un CD de rock)

-Luisa: ¡Nena! ¡Bajá el volumen por favor!

(Llega la hija con el marido del trabajo)

-Marta: (en tono de disgusto) Hola ¿Hiciste torta? Bueno… comeremos aunque me haga engordar.

-Juan: ¡No comas, si querés cuidarte tanto! ¿Qué comiste en el trabajo?

-Marta: Café con sándwiches.

-Luisa: Tomás mucho café, nena.

-Marta: ¡No te metas!... andá al cuarto a mirar la novela.

-Luisa: Si… tenés razón.

-Juan: Yo comí algo que me convidaron, así que no voy a comer por ahora.

-Ana: ¡Hola ma! ¡Hola pa! (los besa). Ya les aviso… que hoy me quedo en lo de Antonella.

-Juan: ¿Por qué?

-Ana: Porque vamos al baile…

-Juan: ¿Otra vez? ¿No fuiste la semana pasada?

-Ana: ¿Y qué? Todos los viernes hay baile.

-Marta: Yo no tengo plata… ¿vos Juan?

-Juan: Yo no tengo y si tuviera tampoco le doy, tiene materias bajas y hasta que las suba no hay más plata.

-Ana: Antonella me paga… a ella le regaló la abuela para las dos.

-Juan: Hacé lo que quieras.

-Marta: (enojada) Yo ya te hablé, ¡así que sabés lo que tenés que hacer!

-Ana: Voy con la Abu.

-Juan: Marta, apurate, vamos a hacer las compras, que quiero leer el diario tranquilo.

-Ana: (zalamera) ¿Y abu?, ¿tenés lo que te pedí para tu nietita que te adora?

-Luisa: Sabés que la abuela siempre tiene pesitos guardados, pero ya no hay más. Así que si vas hoy… el viernes que viene no tengo para darte.

-Ana: (abrazándola y besándola) ¡Sos divina abu! ¡Te quiero! ¡Te conseguiría un novio!

-Luisa: Nena, ¡no seas loca!... Bueno, a ver… ¿qué te vas a poner?

-Ana: Lo que me compré para el cumpleaños de Sofía.

-Luisa: Te queda muy lindo… llevá un abrigo.

-Ana: Si abu, no te preocupes.

-Luisa: Voy a mirar mi novela hasta que vengan tus padres con las cosas.

-Ana: Si, aprovechá.

(Se baja el telón)

II Acto

(Llegan Juan y Marta con las bolsas de las compras)

-Marta: Mamá, nosotros vamos a comer pizza. Vos tomá un café con leche y acostate.

-Luisa: Tenés razón.

(Suena el teléfono y lo atiende Juan)

-Juan: Doña, es para usted.

-Luisa: Hola, ¿quién es?

-María: Soy María… te llamo para decirte que me anoté para ir a gimnasia y otras cosas. ¡Quiero que vengas conmigo!

-Luisa: ¿Dónde? ¿A qué hora?

-María: Además hacen reuniones y bailan. Yo estoy muy entusiasmada. Me dijo mi cuñada Raquel que pasan precioso!!

-Luisa: Yo no sé si podré, tengo que hacer.

-María: ¡No te permito más excusas! Mañana te espero a las nueve y te anotás conmigo.

-Luisa: No sé que dirá mi hija.

-María: Diga lo que diga… ¡te llevo!

-Luisa: ¡Qué entusiasmo María! ... Bueno, mañana vemos… ¡que duermas bien!

-Ana: Chau Abuuu, hasta mañanaa...

-Luisa: Dame un beso y cuidate mucho.

(Baja el telón)

III Acto

(Doña Luisa se levanta luego que Marta y Juan han salido para el trabajo. Prepara el desayuno y mientras lo toma habla consigo misma)

-Luisa: ¿Qué hago? ¿Voy a lo de María? ¿Y si se enoja Marta? Bueno… podría ir y ver qué pasa. La verdad que algo tengo que hacer. Tiene razón María. Además, los otros días un médico hablaba por radio y decía que todos tenemos que hacer ejercicio. Si hasta me lo dijo Anita… que fuera a caminar, o a hacer ejercicio. Y estoy tan dura, por estar acá arriba y no salir ni a hacer los mandados. ¡Tienen razón! Voy a ir, digan, lo que digan, (se levanta tarareando)

“Digan lo que digan, digan lo que digan, los demás”

(Se dirige al teléfono)

-Luisa: Hola, soy Luisa, te llamo para decirte que voy para tu casa, así salimos a caminar.

-María: ¡Bueno! te espero.

(Luisa se mira en el espejo, se persigna y sale.)

(Suena el teléfono y nadie atiende.)

(Baja el telón)

IV Acto

(Llega Luisa con algunas bolsas de tienda)

-Monólogo de Luisa: ¡Qué lindo pasé! ¡Qué suerte que salí! ¡Qué cambiada está Juanita! Hacía tanto que no la veía… Bueno, y ahora… a cocinar, antes que venga la nena. Un poco de arroz con sardinas y huevos; se hace rápido y es nutritivo. Así que… la clase de gimnasia es el martes a las 14 horas. ¡Voy a anotar para no olvidarme!, y la clase de manualidades el jueves a las 15.

(Mientras anota en la pizarra colgada en la pared de la cocina, llega la nieta)

-Ana: Hola Abu, voy al cuarto a escuchar música.

-Luisa: Buen día mi amor… ¿cómo te fue?

-Ana: Bien.

-Luisa: Me alegro.

(Llega Juan)

-Juan: Buen día, Doña.

-Luisa: Buen día, Juan. ¡Qué lindo día!

-Juan: ¿Hay agua caliente en el termo?

-Luisa: No, hoy no llené porque no tuve tiempo.

-Juan: No importa.

(Llega Marta)

-Marta: Hola, (besa a Juan y se dirige a Luisa) ¿Qué comemos hoy?

-Luisa: Arroz con sardinas y huevos.

-Marta: ¿Te levantaste tarde?... Hoy no atendiste el teléfono.

-Luisa: No… salí un rato.

-Marta: (mirándola asombrada) ¿Saliste? ¿A dónde?

-Luisa: (con tono alegre) Fui a caminar y conversar con María… Conversamos de todo un poco, después anduvimos por la peatonal haciendo unas compritas.

(Mientras, extiende el mantel, ubica platos, cubiertos, servilletas, vasos y panera. Entra Ana)

-Ana: ¿Qué compraste abuela?

-Luisa: Ahora les muestro… (Va y trae las bolsas)

(Ana, Marta y Juan se acercan a la mesa. Luisa extrae un pantalón deportivo y un sombrero)

-Marta: (muy asombrada) ¿Y eso? ¿Dónde lo vas a usar?

-Luisa: (sonriendo) Esperá un poquito…

(Luisa abre la otra bolsa y saca un par de zapatillas)

-Ana: ¡Qué buenos Abu!

-Luisa: ¿Les gusta mi compra?... Es lo que me faltaba para ir a la gimnasia y a caminar.

-Marta: ¿Y cuándo vas a salir?

(Luisa señala la pizarra)

-Luisa: Ahí están los horarios para no olvidarme.

-Ana: (abrazándola) ¡Bárbaro Abu! ¡Te me estás rejuveneciendo!

-Luisa: No pretendo eso, sólo mejorar la calidad de mi vida y ser un poco más  feliz.

-Juan: Me parece muy bien.

-Marta: (preocupada) ¿Y quién se encarga de la casa?

-Juan: Lo haremos entre todos.

            A ver… alcanzame la pízarra…

             ¡Yo haría las compras para la comida!…

             Vos Anita… podrías colaborar en la tarde… tender y recoger la ropa… yo que sé… cosas para ayudar a la abuela.

             Y  vos Marta, podrías cocinar de vez en cuando, ¡esas cosas ricas que antes preparabas!

              ¿Qué le parece Doña?

-Luisa: A mí me parece perfecto... Es lo que hace la familia de María... Se organizan y todos son más felices.

-Marta: (se acerca y la toma de los hombros desde atrás) Yo no sabía que no eras feliz. ¿Por qué no nos dijiste?

-Luisa: (melancólica) No es eso hija, yo me entretenía haciendo las cosas… o mirando a las estrellas desde el balcón… así no extrañaba tanto a tu papá… pero, creo que ahora voy a estar mejor.

-Marta: Me alegra mamá… Bueno… ¡a comer entonces! y después nos organizaremos.

-Luisa: Anita… poné una de esas músicas que nos alegra el alma…

(Mientras se van ubicando para almorzar, suena la música de “Lo mejor del silencio” y lentamente baja el telón).