nelida anderson parini

AMORES TRASCENDENTES

Y yo que quise quererte

amando a través de todo

llenando cada recodo

de  amor transparente y fuerte;

vale decir que la suerte

jamás a éste amor se opuso

ningún recurso interpuso

que en mi llamase a desvelos,

complacida en mis anhelos

nunca la dicha indispuso.

 

Así es como amé ésta tierra

de verde toda alfombrada

con su silueta quebrada

pasando de valle a sierra;

donde no existe la guerra

que siembre amarga semilla

cuando la esperanza  brilla

en el rostro trabajado,

de quien en armas menguando

vive una vida sencilla.

 

Así es como al ver el cielo

en cada nueva mañana

una ternura temprana

remoja de amor mi suelo;

corriendo como riachuelo

humedece la labranza

que hace crecer la esperanza

en reverdecidos campos,

alegres explotan lampos

amorosos en bonanza.

 

Te encuentro entre cafetales

en aromas florecidos

en los huertos ya crecidos

donde pululan frutales;

allá en los cañaverales

donde el amor cuece mieles

entre hortensias y claveles

entre el cacao y la palma,

en todo razona  el alma

diáfano amor sin cuarteles.

 

Te escucho en el grito agudo

del curtido sabanero

en el bramar del ternero

y en el zumbar del zancudo;

en pavimento que mudo

a un  trasegar laborioso

rechina su amor que brioso

de entonada sinfonía,

cantando está su  armonía

a ritmo maravilloso.

 

Te palpo en el tibio viento

que me roza enloquecido

perfumando mi vestido

con lo fresco de tu aliento;

me abrazo a su movimiento

imaginando soy brisa

y de imposibles omisa

a sus corrientes me entrego,

culminando el suave juego

con complacida sonrisa.

 

Yo siempre quise quererte

con amor que abarca todo

invocando en cada modo

formas de reconocerte;

porque el amor que se vierte

en el gesto cotidiano

siendo profundo es liviano,

transformador y expansivo

y encuentra en todo motivo

para trascender de plano.

 

Bendito amor que engalanas

de aventuras tantos sueños

y a los detalles pequeños

impones caricias llanas;

bendito porque te afanas

en bondades emotivas

y con ternuras cultivas

mis sentimientos más puros,

vertiéndote sin apuros

todas mis horas cautivas.

 

 

Ay amor que generoso

de la vida todo abarcas

repletas están tus arcas

de un haber maravilloso;

con placer meticuloso

en toda dicha reparo

de ti nunca me separo

hallándote en toda parte,

cual gracia que se comparte

al tenor de un dulce amparo.