peregrinodellago

Madrugada...

Gota a gota,

el reloj vierte su historia

en la soledad pasajera,

descifra gestos ausentes,

graba en la profunda hora

alfabetos y versos urgentes.

 

Callo, para oír su silencio

de agujas,

siempre apuntando al espejo

donde apenas soy sombra y dudas.

 

Nada, sino la mirada desierta,

nada, sino estas manos

de palabras y siluetas sedientas,

nada, sino la noche y sus gatos...

 

Carne, ausencia, veranos de ayer...