xiomisabel

COSTUMBRES

 

Para no olvidar las costumbres,

cada cierto tiempo saco al sol estos recuerdos.

 

Les cambio de vestido,

camino con ellos por las calles,

les cuento los secretos de la tarde

y regresamos por el mismo camino.

 

En la esquina más próxima al olvido

me detengo a contarlos, uno a uno,

puede suceder lo inevitable,

y de pronto me dé cuenta que alguno

se ha quedado en el cansancio de la tarde.

 

Después del paseo rutinario,

los guardo en los baúles de mi pecho,

como siempre, uno por uno.

 

Aunque algunos le han buscado nuevos rumbos a su suerte,

¡Caben tantos todavía!

 

Para no olvidar las costumbres,

siempre es bueno

desempolvar el amor de tarde en tarde.