ALVARO J. MARQUEZ

CONVENCIÉNDOTE

“No estoy enamorada” ahora me dices,
pero hoy veo que lo celas rabiosamente,
tratando de alejar todas las nubes grises
que ya oscurecen los cielos de tu mente.

“Yo no confundo fantasía con realidad”
me has asegurado con firmeza en tu voz,
sé que tratas que me suene eso a verdad
pero no la creemos ninguno de los dos.

“Me da igual que él esté o que no esté”
me afirmas en un tono muy convincente,
pero una lágrima en tus ojos ya la noté
y la nostalgia ahí se asoma tímidamente.

Pero suficiente como para saber querida,
que hechos y palabras ahora no coinciden,
tus brazos se abren a los brazos de la vida
pero sabes que otros brazos hoy te piden.

“Me gusta, sí me atrae pero yo no lo amo,
es una aventura, como un entretenimiento”
dices y algo que aún no sé cómo lo llamo,
está como luz intermitente en tu sentimiento.

“No lo amo, no sé por qué no me lo crees”
y tiemblan tus labios como cuando mientes,
ese poema de simple amistad que hoy lees
sabes que no es exactamente lo que sientes.

Y no me dices a mí eso de que no lo amas,
es a tu corazón al que tratas de convencer,
yo veo en tu pecho cómo arden las llamas,
tú eres la que no admite que no cesan de arder.

Dices no querer besarlo ni tampoco que te bese,
que no tienes ningún interés en que algo así pase,
la nariz como a Pinocho cuando miente te crece,
y claro... creo que tampoco deseas que te abrace.

Por convencerme de esto te muestras interesada,
aunque el decir y el hacer en ti ahora luchan...
y vas solitaria gritando que no estás enamorada
en un planeta de sordos que nunca te escuchan.

Hasta algún juramento te atreves a pronunciar,
tal vez para mentir y lograr espantar tus miedos,
y si no lo amas no entiendo que tengas que jurar,
como tampoco que lo jures y cruces los dedos.